El 15 de novembre va acabar el termini perquè l’alumnat de batxillerat interessat a participar en el concurs “Carta a un Militar” pogués enviar les seves cartes.
Des de la campanya Desmilitaritzem l’Educació volem donar a conèixer el que podria ser una de les cartes participants, escrita per una jove o un jove que cursa el 1º o 2º curs de Batxillerat.
“Carta a un militar…
Te escribo esta carta en respuesta a la convocatoria que el Ministerio de Defensa ha abierto para que nosotros, el alumnado de Bachillerato describamos nuestra opinión sobre “la excepcional labor que realizas para mantener la paz y la seguridad nacional e internacional”.
Pero antes de expresar mi opinión sobre lo que nos sugiere el Ministerio, voy a comentar otras valoraciones e informaciones que no aparecen en el dossier que Defensa ha preparado para que nos lo leamos y podamos opinar “libremente”. Yo he consultado otras fuentes y me gustaría contrastarlas contigo.
Te hablo primero sobre lo que nos sucede a las y los alumnos de la Educación Pública, estamos sufriendo decisiones políticas y recortes continuados del presupuesto del Ministerio y las Consejerías que hacen que la calidad de la educación vaya a peor. Me sorprende por otro lado, que el Ministerio de Defensa sea el que menos recorte presupuestario haya sufrido o incluso, en las partidas finales de recursos aplicados (lo que llaman presupuesto liquidado) en 2012 el supuesto recorte se haya limitado aun
más porque a la mitad del año se hayan autorizado créditos por 2 mil millones de euros.
He investigado un poco más y me parece todavía más absurdo que ese aumento de presupuesto a la mitad del año se considere “extraordinario” cuando desde antes se sabe que vosotros participáis en las llamadas “misiones de paz” y que el Ministerio debe a las empresas armamentísticas más de 30 mil millones de euros. ¿Por qué no se incluyen en el presupuesto desde el inicio?
Pienso que muchas de las supuestas “misiones de paz” responden más a intereses de algunas empresas que pueden estar aprovechando la situación en países que viven cierta inestabilidad y que vuestro trabajo es proteger las inversiones de éstas, no tanto fomentar la reconstrucción del tejido social de aquellas comunidades. Me parece que
haciendo uso de la fuerza difícilmente se logra recuperar la convivencia en un país o
tal vez, puede llegar a agravar la situación.
En lo que se refiere a la supuesta tarea de mantener la “seguridad nacional”, tampoco veo coherencia en lo que dicen con lo que hacen. Acaparar recursos públicos en detrimento de los servicios sociales básicos de la población (educación, salud, ayudas a
la vivienda, fomento del empleo) me parece una acción que pone en riesgo la estabilidad de nuestra sociedad y favorece problemáticas que agravan la convivencia.
También he leído que muchos de los “negocios” o proyectos que están vinculados al Ejército y Marina, son cuestionados por su baja exigencia ética o por la falta de control sobre las inversiones, siendo el caso más sonado el de un nuevo submarino mal diseñado que ha estado a punto de hundirse. ¿En verdad deberíamos confiar en vosotros para “mantener la paz”?
Supongo que tú como militar adiestrado y entrenado para obedecer y seguir las normas de manera disciplinada me dirás que cada uno de los cuestionamientos que te hago corresponde a niveles superiores de mando, que tú no eres responsable de los manejos presupuestarios, de intereses particulares del complejo industrial militar español o de las
deficiencias en el manejo de recursos.
Tal vez tu argumento es cierto, pero te invito a revisar la información que he enlazado en algunas partes de mi carta para que puedas contar con mayor información y te formes un criterio más amplio.
Entiendo que pensarás que de nada sirve, pues si te propones transformar la rígida estructura de Defensa para hacerla más consciente te encontrarás con el rechazo o persecución que algunos de tus compañeros o compañeras ya han sufrido. Lo lamento mucho, quizás ese detalle no lo sabías al momento de ingresar al servicio o la persona que te reclutaba lo oculto.
Por último, decirte que en relación al concurso que promueve el Ministerio de Defensa, no me interesa participar ni competir para ganarme un iPod, lector Ebook o iPad, pues considero que el consumo acrítico de tecnología ha contribuido a generar una demanda excesiva de componentes y materiales, extraídos de recursos minerales limitados en
países en los que su explotación es irregular y las compañías y mafias han contribuido
a crear conflictos armados graves.
Espero que mi carta pueda ayudarte a reflexionar sobre el rol que el Ejército (y tú como parte de él) debería tener en una sociedad democrática, ética, solidaria y noviolenta como la que muchas personas quisiéramos tener. No creas que son ideas mías o novedades de adolescentes. La Ley 27/2005, de 30 de noviembre, de fomento de la educación y la cultura de la paz, establece que desde los organismos del Estado se deberían promover acciones para evitar la permanencia de siete inseguridades graves que hemos heredado del Siglo XX (particularmente violento):
Estas siete inseguridades fueron puestas de manifiesto por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en 1998 y son de tipo económico y financiero, de las rentas, cultural, sanitario, personal, ambiental, y político y comunitario. Tales inseguridades se encuentran en la base de las numerosas injusticias y desigualdades que
imperan tanto a escala local, como regional, como, incluso, mundial.
Te invito a participar en iniciativas civiles de construcción de paz, de lucha contra las desigualdades de todo tipo, de fomento de los derechos humanos y sobre todo, en acciones que incidan en la construcción de una sociedad más justa y equitativa que valore la Educación como un motor de transformación social para una convivencia noviolenta.
Saludos y espero tu respuesta.
Alumna(o) de Bachillerato