Por: Camino Simarro
Cada año el presupuesto militar en España representa el doble, o más, de lo que en principio nos dice el Ministerio de Hacienda de turno; y así sucede con los Presupuestos del Estado para 2014 presentados el pasado día 30. Parece que el gobierno pretende volver a esconder el gasto militar real con los mecanismos habituales: repartiéndolo entre diversos ministerios, como el de Industria y Tecnología, el de Interior o el de Asuntos Exteriores, entre otros. Además, el gobierno continúa asignando cuantías de presupuesto insignificantes para partidas que previsiblemente se dotarán generosamente a lo largo del año. Es el caso de las operaciones militares en el exterior o los programas especiales de modernización de armamento, que cada año consumen cientos de millones no previstos inicialmente para esquivar así el debate público. Con estos mecanismos, según la liquidación provisional, Defensa habría ampliado su presupuesto para 2013 en más de 1.670 millones de euros durante el año en curso.
Más allá de la evidente falta de transparencia del Gobierno español cuando presenta sus presupuestos de Defensa y dificulta saber cuánto dinero se dedicará finalmente al estamento militar, llama la atención la clara apuesta por la I+D militar. De hecho, para el próximo año la I+D+i militar se verá incrementada en un 39,5%, mientras la I+D+i civil sufre una variación de tan solo el 1,3% respecto a 2013. Cabe destacar que este año, se desviará una carga de 343,60 millones de euros al Ministerio de Industria para financiar proyectos de investigación militar. Gran parte de esta dotación va dirigida a las empresas de armamento responsables de los Programas Especiales de Modernización (también conocidos como Programas Especiales de Armamento o PEAs); las mismas empresas que recibirán cerca de 30.000 millones de euros por antiguos contratos a cancelar durante los próximos años.
En el caso de los Programas Especiales de Modernización observamos que en 2014 reciben únicamente una asignación de 6,84 millones de euros, exactamente igual a la presupuestada para 2013, aun cuando la previsión de ejecución presupuestaria para este año ya ha sido ampliada a 884 millones de euros gracias a un crédito extraordinario aprobado a base de Real Decreto ley. En 2012 se recurrió a la misma fórmula para asignar otro crédito extraordinario de 1.782 millones de euros para el pago de compromisos contraídos con las empresas de armamento. Por tanto, es más que previsible que durante el año 2014 se recurra de nuevo a la misma fórmula de aprobación de créditos extraordinarios mediante Real Decreto -una fórmula, recordemos, reservada para situaciones extraordinarias y de urgente necesidad o imprevisibles, situación que sin duda no responde a la de estos programas- para ampliar el presupuesto inicial del Ministerio de Defensa evitando el debate público.
Por último, otro dato que no se puede obviar, es que el gobierno ha vuelto a presupuestar 14,36 millones de euros para las operaciones militares en el exterior, aun a sabiendas que es infradotar esta partida. Desde 2009 se ha presupuestado cada año exactamente la misma cantidad, 14,39 millones de euros, cantidad que se ha ampliado anualmente con más de 700 millones de euros del Fondo de Contingencia. Una aportación extraordinaria que se prevé, pero no se refleja ni el Proyecto ni en los Presupuestos del Estado.
Es por esto que, año tras año, se debe reclamar al gobierno que se incluyan las previsiones reales de gasto anual para los programas especiales de armamento, más los créditos en I+D militar desviados al Ministerio de Industria u otros ministerios, así como el gasto derivado de la participación en operaciones militares en el exterior. El Proyecto de Presupuestos del Estado debe contener estas partidas desde un principio, para que se pueda dar un debate político real. Es ahora cuando se deben defender y aprobar los presupuestos públicos, no a posteriori ni con trampas contables a golpe de Real Decreto.