La campaña Desmilitaritzem l’Educació lleva desde 2008 reclamando espacios educativos libres de ejércitos. Desde su comienzo se ha ido ampliado y haciendo cada vez más plural con un objetivo común “ningún ejército en ningún espacio educativo”. En el último año ha pasado de tener 60 entidades adheridas a ser más de 100, además está viviendo una notable expansión territorial por toda Cataluña. Pero la lucha antimilitarista, como eminentemente internacionalista, sobrepasa fronteras, en febrero de este mismo año se crea una campaña de objetivos compartidos en Escocia Scotland Against Militarism
La guerra en Iraq, Siria, Yemen, el largo conflicto armado de Colombia, la crisis humanitaria de refugiados que huyen de las guerras, el desenfrenado gasto militar en todo el mundo que el año pasado alcanzó 1’7 billones de dólares; son muchos los hechos que nos señalan que el modelo militarista de defensa de los estados no está dando soluciones y está contribuyendo a generar más tensión e inseguridad mundial, todos estos factores han hecho que la lucha antimilitarista resurja con fuerza en los últimos años y se expanda para consolidarse.
Que el ejército haya triplicado el espacio este año en el Salón tiene tres lecturas muy importantes para la campaña. Por un lado, supone una victoria, el ejército se ha sentido amenazado frente al alcance de las reivindicaciones que ha movilizado la lucha antimilitarista, y su respuesta es una demostración de fuerza que se hace manifiesta ampliando su espacio en el Salón, la ocupación de más territorio siempre ha sido una demostración de poder en la concepción militarista.
Segundo, se ha podido constatar una absoluta falta de rendición de cuentas de parte de organismos como la Fira de Barcelona, que tiene dos tercios de participación pública, Generalitat y Ayuntamiento de Barcelona, siendo la tercera parte la Cámara de Comercio de Barcelona, que constituye la parte privada. En el momento en que ha habido una fuerte reivindicación en la calle ha quedado manifiesta esta falta de costumbre de pasar cuentas frente a organismos públicos. La Fira dispone de un Consell General del que forman parte diversos representantes institucionales como Joaquim Nin (Vocal), Ada Colau (Presidenta), Xavier Trias (Vocal), Ferran Falcó (Vocal), Jordi Baiget (Vicepresident 1º), Alfred Bosch (Vocal), Josep Lluís Salvadó (Vocal), Joan Aregio (Vocal). Además, tanto la Generalitat como el Ayuntamiento han manifestado a Desmilitaritzem la educació la falta de respuesta obtenida por parte de Josep Lluís Bonet, president de la Fira de Barcelona, frente a las diversas reclamaciones que le han hecho. Desde la campaña también se denuncia este efecto colateral que ha surgido a través de las reclamaciones de no permitir ejércitos en espacios educativos, lo que se considera de absoluta falta de control democrático.
Por último resulta inevitable señalar la inoperatividad de las instituciones que no han sido capaces de hacer un frente común para defender las reclamaciones de los movimientos educativos y antimilitaristas, que fueron traducidas en mociones, tanto en el Ayuntamiento de Barcelona como en la Generalitat, mociones que ellas mismas aprobaron. Sabemos que el ejército es un estamento estatal difícil de confrontar, pero las instituciones públicas y democráticas deben de hacer prevalecer las reivindicaciones de los movimientos sociales, tanto si tocan como si no, a estos estamentos que suponen un órgano de poder estatal.
La campaña se ha movilizado con intensidad en los últimos meses, se han enviado cartas y realizado reuniones con casi todos los implicados, responsables o que tienen algún tipo de poder de gestión en que el ejército esté presente en espacios educativos, así como con representantes institucionales de los partidos que apoyaron las mociones del Ayuntamiento de Barcelona y del Parlament de Cataluña. Los y las representantes institucionales se han mostrado receptivos a las reivindicaciones de la campaña, pero no han sido capaces de hacer prevalecer las resoluciones institucionales. Algo que, por otro lado, los movimientos sociales han sufrido en diversas ocasiones y que, de nuevo, nos toca denunciar.
Desde la campaña se insiste, una y otra vez, en que el ejército no es una salida profesional más, y que lo que hace en el Saló de l’ensenyament es puro reclutamiento, en un contexto, además, de bajas opciones profesionales para los jóvenes. Por eso en la última rueda de prensa realizada por la campaña se ha lanzado el hastag #DebatReclutament con el objetivo de abrir el debate sobre la afirmación de que “el ejército es una salida profesional más” a la sociedad.
La campaña para impedir la presencia de ejércitos en espacios educativos es sólo la punta del iceberg, en un mundo con gran número de conflictos olvidados y no resueltos, la cada vez más creciente oleada de refugiados que huyen de los conflictos armados, con declaraciones como la del presidente Donald Trump “Ya es hora de que EE.UU. vuelva a ganar guerras” y su propuesta de aumentar un 9% el gasto militar, con el terrorismo global cada vez en aumento, la decisión de la Unión Europea de invertir en I+D militar por primera vez en su historia, se abren grandes retos para lucha antimilitarista.
El camino se presenta largo pero cada vez más necesario. Desmilitaritzem l’Educació comienza desde donde la construcción de alternativas se hace más posible: en el mundo educativo. Un cambio de paradigma es ahora más necesario que nunca, por eso un año más estaremos presentes para reclamar la desmilitarización del Saló de l’Ensenyament.
Ainhoa Ruiz Benedicto. Activista antimilitarista, de la campaña Desmilitaritzem l’Educación e investigadora del Centre Delàs d’Estudis per la Pau.